Iago del Castillo, un carismático longevo de 10.300 años al frente del Museo de Arqueología de Cantabria, se ve arrastrado, en contra de su voluntad, a dirigir una investigación genética: sus hermanos Nagorno —un conflictivo escita de casi 3.000 años— y Lyra —una huidiza celta de 2.500 años—, cansados de enterrar durante siglos a sus familias efímeras, están obsesionados con identificar su rara mutación y tener hijos longevos.
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